Ya estamos oficialmente en verano y, como en años anteriores, descansamos de los talleres durante julio y agosto porque entendemos que son fechas de protegerse del calor y combatirlo de otras maneras más fresquitas.

    Por eso, en este último taller hemos querido pasar un rato alegre y divertido recordando canciones y jugando a reconocerlas, tararearlas, identificarlas… además de contar al resto del grupo las vivencias que nos evocaban. La música tiene el enorme poder de influir en nuestro estado de ánimo, hacer que se relajen nuestros músculos o permitirnos segregar hormonas que potencian el bienestar, por eso no podía faltar algo tan importante en este último taller.

   También lo hicimos en el centro, donde igualmente disfrutamos de la alegría de recordar melodías que nos transportan a lugares y momentos de nuestra vida.

   ¡Feliz verano y que viva la música!