Aprovechando el buen tiempo que nos está regalando octubre, seguimos disfrutando de ratitos en el patio y de paseos por nuestro pueblo. Pasear por sus calles, ver la plaza, identificar las distintas casas de nuestros vecinos y vecinas… son cosas simples aparentemente, pero cargadas de un gran valor sentimental, personal y cognitivo, pues nos permite trabajar la orientación témporo-espacial, la memoria, el lenguaje, los vínculos con los vecinos y vecinas, habilidades sociales, etc.

   También, quien ha querido ha visitado el cementerio, que tanta importancia tiene, pues es un reflejo de nuestro pasado, y nos conecta con nuestras raíces y nuestros lazos familiares. Y aunque puede resultar un poquito doloroso, nos aporta mucha calma.

   Seguiremos disfrutando de este cálido otoño con la suerte de estar en nuestro pueblo, en nuestro entorno.